El radiocontrol es una técnica de pilotaje que consiste en manejar un objeto a larga distancia y de forma inalámbrica, a través de ondas hertzianas; por ejemplo, los coches teledirigidos. En dicha técnica entran en juego tres aspectos: la electrónica, para irradiar las señales de mando, la electricidad, que es la que manda energía a los dispositivos finales, y la mecánica, que es la que transforma las señales mecánicas en movimiento.
En España hay bastante tradición en este deporte, muchas asociaciones
de usuarios se han formado en nuestro país para poder acudir a competiciones
y reuniones anuales, practicando sin riesgo su hobby preferido. Para formar
una asociación de este tipo, los miembros deben asesorarse primero sobre
el aspecto legal de la misma, para poder tener cobertura jurídica. Más
tarde hay que buscar un lugar apropiado para la práctica de la actividad,
normalmente una pista de vuelo, donde la orografía no sea muy accidentada
para evitar posibles accidentes. La pista debe ser lo suficientemente grande
para poder practicar sin ningún riesgo, por lo que se suelen encontrar
a las afueras de las localidades, para evitar el choque con cualquier obstáculo
(árboles, tendido eléctrico, casas).
La mayoría de las instalaciones suelen contar con los mismos elementos:
una pista de asfalto que suele contar con más de 200 metros de largo
por unos 30 de ancho; una caseta o cobertizo para guardar material y protegerlo
de las inclemencias del tiempo. Una zona cubierta que mida alrededor de 100
metros cuadrados, con suelo hormigonado, y otra de aproximadamente 50 metros
cuadrados con suelo aglomerado, para practicar distintas técnicas con
coches de radiocontrol. Asimismo, se necesitará una zona de boxes de
unos 400 metros cuadrados para situar las salidas de las competiciones, y también
una pista para helicópteros de unos 100 metros de longitud. Es importante
también que las pistas cuenten con un vallado seguro, porque así
se evitan contratiempos; estas vallas de seguridad suelen tener columnas de
hormigón y red metálica, siendo su altura de más de 100
metros.
La mayoría de estas asociaciones se encuentran dispersas por todo el
mapa, aunque bien es cierto que en el sur es donde se concentran la mayor parte
de los aficionados, dadas las condiciones óptimas tanto de clima como
de orografía. Existen asimismo distintos vehículos pilotados por
control remoto, entre los principales y más extendidos encontramos los
coches, las motos, todoterrenos, barcos y aviones teledirigidos. Es importante que el aficionado
principiante se deje asesorar por los veteranos, porque éste le puede
aconsejar desde la compra de determinado aparato, hasta la puesta en marcha
del vuelo en sí. Recordemos que esta afición supone un gran gasto
para el que lo practica, por eso es mejor empezar con un buen asesoramiento
desde los inicios. Por ejemplo, el motor vale la pena que sea de calidad, porque
seguirá siendo útil cuando se pasen a modelos de mayor cilindrada,
con lo cual la inversión inicial quedará amortizada. El equipo
de radio que lleve el aparato incorporado, debe ser de al menos cuatro canales
en FM, de gama alta. Siempre hemos de estar alerta para que vayamos al campo
de vuelo con todos los accesorios, las baterías cargadas y el motor rodado.
Y recordar que hay que todos los pilotos deben estar federados para competir
oficialmente.