En el mercado del radiocontrol puedes encontrar muchos materiales para personalizar a tu gusto el modelo que uses pero, uno que por ahora no ha perdido adeptos es, sin duda, la pintura tradicional debido a que puedes decorar cualquier modelo sin mucho problema (con otras técnicas tienes el inconveniente de que no se puede acceder a todos ellos).
Sí es cierto que, los nuevos materiales que hay en el mercado dan un acabado perfecto pero también la pintura tradicional lo hace, lo único es que hay que ir con cuidado y dedicarle el tiempo que necesita, no meter prisa, para obtener una pintura digna del modelo que la lleve y, sobre todo, original y que llamará mucho más la atención de los demás.
Para ello, lo primero que vas a necesitar es un set de pinceles y brochas que sean de pelo suave para que no te vayan a dejar marcas. Eso sí, no es bueno que se le caigan los pelitos cuando estés pintando porque se fijarán y tendrás un mal acabado.
Según el modelo a pintar y dónde pintar vas a necesitar pinceles de distintos tamaños. Debes procurar que no cojan mucha pintura en cada pincel porque puedes dejar manchas o bien que la pintura se corra; es mejor mojar varias veces el pincel o dar varias capas que se secan más rápido que una sola y con mucha pintura (tardará más y puede ocurrir que, hasta el viento, consiga que la pintura se corra).
Algunos utilizan el aerógrafo para pintar en radiocontrol. Esto no es malo pero requiere de una habilidad extra para hacerlo ya que la pintura se pulveriza y hay que saber cuándo parar, cuándo aplicar y, sobre todo, que esté bien limpio tanto con disolvente como a la hora de cambiar de pintura (porque podría ocurrir que se mezclaran en el interior y no saliera el color que se quiere).
La pintura a aplicar, la de bote, suele venir muy densa por lo que habrá que hacerla más líquida, bien con agua, bien con disolvente. Eso sí, no te puedes pasar mucho, como máximo un 50% de cada uno.