Se les llama Insectos Toothbrush (Insectos cepillo de dientes) porque en sus primeras versiones, cuando los diseñaron, eran prototipos caseros hechos por aficionados a la micro robótica que diseñaron una simulación de desplazamiento de insectos usando como principales elementos: la cabeza de un cepillo de dientes, un micro motor vibrador y pilas tipo reloj.
Micro Robot del tipo Nano Bug
Especie: Nano Bug
Tecnología de desplazamiento: Toothbrush Insect. Aleatorio.
Energia: Pilas tipo AG13/LR44
Se pueden cambiar las pilas una vez agotadas.
El movimiento de estos micro robots o micro bichos es muy parecido al de muchos insectos, especialmente cuantos más hay interactuando entre ellos, comportamiento similar a un enjambre.
Capaces de recorrer rápidamente los circuitos que le propongas y de encontrar salidas. Si se vuelca el sólo vuelve a ponerse en la posición correcta.
El fururo de la microrobótica
Desde los laboratorios de todo el mundo llegan novedades de prototipos de robots que, basados en la naturaleza de los insectos, pueden volar y caminar sobre el agua, entre otras destrezas. Son varios los casos en los que la ciencia apela a los insectos para sus investigaciones sobre micro-robótica. Durante los últimos tiempos, han trascendido varias investigaciones similares que van desde los insectos que enseñan a hacer edificios autosuficientes, hasta el robot cucaracha que enseña a caminar o los bichos robots que comen otros insectos como fuente de energía.
Pero, sin dudas, uno de los casos más destacados es el del Robostrider, la “ciber pulga” diseñada por un grupo de ingenieros norteamericanos de la Universidad Carnegie Mellon, en Pennsylvania, Estados Unidos, conjuntamente con el Massachusetts Institute of Technology (MIT), que cuenta con la particular destreza de caminar sobre el agua. La construcción de cada bichito, de apenas 1.25 centímetros de largo y un gramo de peso, está hecha con fibra de carbono y ocho pequeñas patas de acero recubiertas con un plástico repelente al agua. El costo de cada unidad es de 10 dólares. Los científicos destacan que podrá utilizarse para controlar la calidad del agua de los embalses, descontaminar superficies marinas y, sobre todo, como espías indetectables incorporándoles cámaras fotográficas.